Jorge Font (1), crecer en la soledad

De la entrevista de Jaume Barberà en el programa de TVC, ‘Singulars

[Parte 2, Parte 3]

RESG3172jorgefontMe reconstruí en el silencio de mis amigos y en su mirada

Jorge Font (1969) tiene 44 años y suele decir que lleva más de la mitad sobre ruedas. A los 19 años (1988) se rompió una vértebra del cuello practicando su deporte, el esquí acuático, y su cuerpo quedó paralizado para siempre de pecho para abajo. El año anterior había quedado séptimo en un campeonato del mundo representando a su país, México.

Confía más en los demás que en sí mismo. Dice que los suyos “tejieron una red” para impedir que cayera “hasta el fondo del abismo”. “No soy fuerte”, asegura, prefiere hablar de la fortaleza de la fragilidad. Después de su periodo de recuperación, volvió a subirse a una tabla y ya ha reeditado ocho veces el campeonato del mundo en su categoría. A parte de su faceta deportiva, también cambió la orientación de sus estudios: quería ser médico pero estudió económicas. Su compromiso social es fuerte, trabaja en la fundación mexicana Teletón, que con sus 20 centros, ayuda a rehabilitar a miles de niños con discapacidad.

Jorge-FontA parte de la rehabilitación física, Font destaca la que se siente y no se ve. “En un solo instante”, recuerda, “de ser alguien alto que hace con el cuerpo lo que quieres, te conviertes en alguien dependiente con un cuerpo que no te obedece”. Cita a Los Miserables de Víctor Hugo: “pasas de sentirte en la cubierta del barco junto a toda la tripulación a ser hombre al agua. Te encuentras sepultado entre el infinito del cielo y el del océano, te sientes solo”.

El otro sentimiento es el de incomprensión. «Las personas te dan muchas recomendaciones. La mejor manera de sentirme comprendido ha sido saberme escuchado. El silencio de la otra persona, es la catedral más hermosa donde se reconstruyen las personas. Me reconstruí en el silencio de mis amigos y en su mirada».

Describe que hay dos tipos de soledad, las blancas y las negras. “Las blancas son las que te permiten salir de las prisas y la vorágine cotidiana para poner orden a los archivos de la cabeza y el corazón, distinguir qué es lo que vale la pena en la vida, lo que te ayuda a crecer así como lo que te paraliza y no te deja ser mejor persona”. “Las soledades negras”, explica, “son aquellas en las que, a pesar de estar rodeado de personas te sientes profundamente solo, triste, diferente, incomprendido”. “Vives”, remacha, “una vida en blanco en negro, sientes que la vida del resto del mundo es en color mientras la tuya está en pausa, como si vieras por televisión todo lo que vale la pena de la vida.

Es una reflexión válida para todos. Una de nuestras discapacidades es la de huir de vivir a fondo nuestra vida. Inmersos en la rutina, muchas veces nos es más cómodo sumergirnos en las vidas ajenas edulcoradas por las revistas, TV o cine antes que abordar de frente algunos problemas o perseguir nuestros sueños a base de sacrificios sostenidos en el tiempo.

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Un comentario en “Jorge Font (1), crecer en la soledad

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